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  • Writer's pictureAbigail Calero Irizarry

La historia de Adriana de Cárdenas: Un recuento de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2023

De cero experiencia en competencia internacional a medallista de plata en los Juegos Centroamericanos.


Adriana en el apertura de los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023.

Octubre de 2022. Enrique “Quique” Figueroa tiene la idea de formar un equipo para los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2023. Siendo la primera vez que se competiría en la clase de Hobie 16 como modalidad mixta, Quique decide invitar a una de sus estudiantes, Adriana de Cárdenas, para ser su acompañante.


Desde los 6 años, Adriana tomaba clases en la Escuela de Vela de Carolina, bajo la guía de su maestro, Quique Figueroa. “A medida que crecía, demostró un amor innato por el mar y una habilidad impresionante para navegar”, comentó Agnes Marrero, la mamá de Adriana y su fan #1. Desde temprana edad, Adriana mostró un talento excepcional en el deporte de vela y se convirtió en una de las atletas más prometedoras de su generación. Sin embargo, Adriana tenía un background de vela limitado a nivel competitivo internacional y tuvo que aprender desde cero a navegar en el Hobie 16 para los Juegos 2023.


Luego de tantos meses de entrenamiento, en enero de 2023, participaron de la primera regata de selección del equipo para los Juegos. Aun con los nervios, Adriana demostró lo que había aprendido en aquellos meses y posteriormente, el dúo fue seleccionado para representar a Puerto Rico en San Salvador.

Adriana no conocía a muchos de los miembros del equipo al llegar al aeropuerto, mas solo necesitó dos días en San Salvador para cambiarlo. Con el tiempo que pasaban juntas, se volvió "compinche” de Andrea Riefkohl Gonzalez y Marina Escudero, lo que le ayudó a soltar los nervios y vacilar un poco en medio de la competencia. Aunque bien se debe resaltar, que lo más que le ayudó a soltar las tensiones, fue la compañía de su hermana y su madre, quienes le ofrecieron el calor boricua. Rápidamente se apegó a sus familiares y buscaba disfrutar mientras podía. Incluso en los momentos de práctica y competencia, Quique buscaba la forma de hacerle el proceso y la experiencia lo más cómoda posible.

La joven recalca haberse sentido muy nerviosa los primeros días en San Salvador. Se percató de la falta de viento y le preocupaban las carreras. Quique procuraba informarle sobre lo que ocurría y aseguraba mantenerla al tanto, enseñando desde su experiencia, todo lo que pudiera. Y ciertamente aprendieron uno del otro, pues Adriana le enseñó a Quique a tomar nuevos selfies con el teléfono, y que aun con los nervios, que pudieron haberle traicionado en algunas ocasiones, debían ser resilientes. “No se quitaba; sus ganas de echar pa’ lante estaban presentes en todo momento”, expresó su maestro de vela y compañero en los Juegos.

En el último día, estaban posicionados para ganar el oro hasta el último momento, cuando el dúo boricua de Faccio Figueroa y Faith Payne, aprovecharon una muy buena jugada del viento y desempataron. Reconociendo que tenían más posibilidades de perder la plata que ganar el oro, Adriana comentó, que en esos momentos, ya no quería correr más. “Quería que se acabara así. No quería perder la plata.”

El tiempo había acabado y les añadieron una última carrera de todos modos. Una carrera que no pudo ser completada por la llegada de una tormenta que obligó a todos los atletas a ir a la orilla. “No tenía miedo pero sabía que iba a traer mucho viento”, comentó la joven. Algunos botes terminaron con daños, o se volcaron, pero los puertorriqueños llegaron a salvo a la orilla. “Fuimos los primeros en llegar a la orilla y no nos pasó nada. Mi familia me estaba tirando fotos y aplaudían”. Al preguntarle si había lágrimas, respondió que sí entre sonrisas. El regocijo lamentablemente duró poco, ya que en medio de la tormenta, tuvieron que trabajar con los botes a la ligera. “Había que hacerlo todo lo más rápido posible.”

Adriana confirmó que la tormenta también colocó el podio bajo carpas, y al momento de recibir las medallas, muchos estaban cansados. ¿Y ella? “Tenía frío pero me sentía feliz por lo que habíamos logrado. Me sentía muy feliz por todo el mundo. Y muy emocionada en la parte de atrás del podio”. Una vez pasaron a recibir sus medallas, nos cuenta que se quedaba mirando con una sonrisa a todos los que celebraban. “También a mi mamá y a mi hermana que estaban gritando”, dijo entre risas.

Acabados los Juegos, y de regreso a su isla, Adriana ha estado practicando en la Escuela Deportiva de Vela de Carolina, demostrando su entusiasmo por el deporte. “¿Valió la pena los sacrificios, los molten que no te comiste y las prácticas?”, le preguntó Quique. “¿Entiendes que lo volverias hacer? ”


“Sí. Me hizo sentir muy orgullosa”, afirmó la joven. Y luego mencionó que ha celebrado el gran logro con un buen merecido molten.

 

"A pesar de su edad, Adriana ha demostrado una madurez y una mentalidad competitiva notable. Su determinación y enfoque han sido admirados por sus compañeros atletas y entrenadores. Ha superado desafíos y obstáculos con una actitud positiva y ha utilizado cada experiencia como una oportunidad para crecer y mejorar."

- Agnes Marrero, madre de Adriana Mia de Cárdenas


“En comparación al nivel internacional de competencia, que Adriana tenía cero, fue una curva de aprendizaje en poco tiempo. Adriana fue una excelente compañera, madura y responsable en todo el trayecto de los Juegos.”

- Enrique "Quique" Figueroa, su maestro de vela y compañero en los Juegos

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